jueves, 29 de julio de 2010

Jabu Khanyile:

Quien más y quien menos, con esto del Mundial de fútbol ha escuchado algo de música africana -concretamente surafricana- y la verdad es que a nuestro país estos sonidos llegan bastante difusos y tamizados por "lo folclórico" en el mal sentido de la palabra, tal y como ocurre con otros países incluído España. Por ejemplo, si a un guiri le preguntas por la música popular de aquí, lo más fácil es que te responda alegremente con un ¡olé! mientra da palmas sin ritmo y espera a que te arranques con un zapateao... Y como eso molesta, pues vamos a hablar un poco de uno de los artistas que más me gustan de Suráfrica, el desaparecido Jabu Khanyile.

A este señor me lo encontré en una de las tiendas de discos más míticas de mi ciudad, Discos Pinocha. Un establecimiento que en su día según cuenta mi padre y sus amigos, fue lugar de reunión de los amantes de la buena música. La verdad es que yo ya no me lo encontré en su momento cumbre: se había empezado a recortar la venta de discos nuevos y tiraba más de la segunda mano, y aunque la sección de vinilos viejos molaba un huevo, la mitad de la tienda se había convertido en un espacio de venta de artesanía tribal, de abalorios, de incienso y de productos de comercio justo... Sobra decir que esta tienda ya no existe.

Por aquél tiempo, nada más salir del instituto me dio por escuchar entre otros programas de radio uno llamado Diálogos Tres, dirigido por un tipo peculiar pero que sabía un poco de estas músicas. Un programa maravilloso -con sus cosas a mejorar como casi todos- que te trasladaba en un santiamén de las estepas de Mongolia a los Balcanes, pasando por cualquier otro sitio del Globo que nos podamos imaginar... Con él aprendí y conocí a artistas como la griega Elefteria Arvanitaki, a la tropa de armenios liderada por Arto Tunçboyaciyan, Ara Dinkjan o Haig Yazdjian y a africanos como Jabu Khanyile.
Gracias por ello.

Nacido en la humilde Soweto, Jabu encarna a la perfección la música de ese país, formada por el cruce entre sonidos provenientes de los distintos rincones del mundo: su formación musical como multiinstrumentista, su interés por el afro-beat, el jazz, el reggae, los matices pop de occidente y cómo no, por la música tradicional y popular de África.
Poco a poco fue adquiriendo cierto reconocimiento internacional, aunque siempre un poco a la sombra de otras superestrellas africanas como Youssou N´Dour o Angelique Kidjo.

Pues bien, entre las novedades que traía esta tienda había mucho material de las llamadas "Músicas del Mundo" y de la discográfica especializada Resistencia, algo muy arriesgado pero que tenía su público. Ahí me topé con Jabu y la colorista portada del que era su sexto trabajo: Umbele. Tras pagar por él dosmilypicopelascasiparatres -era un tiempo de bonanza económica y yo un joven inconsciente-, me lo puse en casa y descubrí un nuevo paisaje sonoro donde predominaba una música vitalista, profunda y sincera.
Umbele se editó aquí en el 2001 y entre sus 9 composiciones destacan varios cortes:

El primero es el que da nombre al disco, "Umbele", donde por decirlo de alguna forma, es de los más tribales o "folclóricos" del álbum. El apoyo vocal femenino de Khululiwe Sithole y Deborah Frazer y la utilizacion del saxofón de Lemi Special Mabaso le da un color único a esta canción:


"Undoso (nombre de varón africano)" es uno de esos temas que son el ejemplo perfecto de la música surafricana por aquello de la unión de varios mundos: se abre de forma tradicional con el sonido de una kora -un instrumento africano que cuando alguien lo toca bien pone la piel de gallina-, pero de forma súbita rompe con un ritmo entre bailable y Café del Mar cortesía de Isaac Mtshali a la batería y Jabu S´Bumbe al bajo eléctrico. La voz de Jabu Khanyile cantando en inglés y en zulú es así, no es de las más virtuosas y tampoco es una voz negra típica y tópica -áspera o cavernosa-, pero sí es de las más suaves y expresivas que he escuchado:


La guitarra de Johnny Chonko suena al inicio de "Amagoduka (Emigrantes)" y nos muestra la cara más reflexiva, melancólica y serena de la música africana, aunque siempre sea rítmica y percusiva. Los arreglos de Mthandeni Mvelase en los teclados y en el conjunto del tema sirven a la perfección para manifestar esta sensibilidad. No entiendo nada de la lengua zulú, pero creo que la temática tiene relación con la personalidad de Jabu Khanyile, reconocido por su concepción panafricanista -con la intención de erradicar los conflictos entre los pueblos africanos-, así como por su lucha -con la música y el arte siempre- por el reconocimiento de los derechos de los negros. Tengamos en cuenta el peculiar y triste contexto sociopolítico surafricano en el que se crió y formó Jabu...:


"Amanazareth (Iglesia)" es la penúltima pista del disco, que luce unos ritmos programados y unos teclados realizados por Thapelo Khomo -productor de todo el trabajo y además compositor junto a Jabu de gran parte de los temas-. En este, la base rítmica se une perfectamente a las melodías trazadas por el saxofón y a la riqueza y exuberancia que aporta el coro a cinco voces, rememorando la tradicional música "mbube" de canciones vocales a capella entonadas con fuerza en alta voz:


Buscando por ahí he encontrado que mbube significa León…

... Una palabra que encaja a la perfección y da sentido a la obra de este artista.

sábado, 24 de julio de 2010

Electric Wizard:

Si en la última entrada hablamos de Nick Drake, uno de los máximos representantes en eso de la música mansa y etérea, hoy damos un giro de 180º y no tenemos ningún reparo en acercarnos a Electric Wizard, dignos herederos de los lúgubres e insanos sonidos que con tanto gusto nos brindaron Black Sabbath.

Por tanto, este grupo inglés, Electric Wizard, practica lo que los críticos vienen a llamar Doom metal o Stoner Rock. Unos géneros que no me voy a detener a explicar porque no lo haría del todo bien, no es el momento y tampoco tengo muchas ganas, para eso está Wikipedia.

Lo cierto es que estos sonidos, siempre y cuando mantengan esa natural conexión con el Hard Rock setentero –de donde en realidad proceden-, me interesan y mucho.
En estos últimos meses he estado escuchando varios grupos de estas corrientes, y evitando nombrar algunos por sus temáticas supuestamente satánicas y excesivamente negativas –es una cuestión personal-, o por lo soporífero y cargante de algunos de ellos –mantener una nota o un acorde media hora es aburrido lo mires por donde lo mires-, creo que merece la pena destacar a unos cuantos, por si la gente se interesa:
A la cabeza estaría Saint Vitus, que se supone que son los pioneros en el nuevo estilo ya en los ochenta y la verdad es que los dos primeros álbumes suenan de lujo.
También sobresale Earth, banda que practica un Stoner lento y repetitivo que los entendidos llaman drone, pero cuya escucha atenta de los temas nos muestra en global una música de gran experimentación, complejidad y calidad, creadora mundos insólitos.
Un disco recomendado de éstos es “The Bees Made Honey In The Lion Skull”.

Hay muchas otras que merecen ser escuchadas como Colour Haze o Witchcraft, pero los más conocidos son Sleep, Kyuss, Fu Manchu y QOTSA –aunque estos han diversificado su campo de sonido más hacia lo comercial, aunque sigue siendo muy bueno-.

Bien, estábamos con Electric Wizard… Creo que este es de los grupos de Doom-Stoner que todavía siguen manteniendo esas reminiscencias y ese vínculo con lo clásico que los hace auténticos de veras, aunque sin convertirse en meras copias de lo ya hecho con anterioridad.
Formados a inicios de los 90 en la nublada, oscura y tristona Inglaterra, su primer disco como tal fue publicado en 1995 y ya nos dejaba ver una serie de rasgos que les harían reconocibles: esa voz tratada pero no gutural y los riffs contundentes, pero todavía los desarrollos de sus canciones eran cortos –la más duradera alcanzaba “sólo” los 9 minutos-. Como buenos amantes de la ciencia ficción, de la literatura de misterio y del cine de terror de serie B, una de las curiosidades en los discos de estos chicos es la introducción de breves fragmentos de diálogos de estas películas en sus canciones, consiguiendo un efecto bastante guapo. De este debut, mi favorita sería la onírica y humeante instrumental “Mountains Of Mars”, estupenda:


Come Here My Fanatics sería su segundo trabajo, que se caracterizaría por mostrar otra de las marcas de identidad de esta gran banda: la potencia de su sección rítmica, el gran trabajo realizado en cuanto a las implacables y mortales líneas de bajo, y el intimidador maremagno de guitarras. Como ejemplo: “Son Of Nothingness”:


En 2000 salió a las tiendas su tercer y para muchos mejor álbum: Dopethrone. La verdad es que es una de sus obras más equilibradas y “más limpias” en cuanto al sonido, con temazos como el que da nombre al disco, “Funeralopolis”, o este “Barbarian”:


Con sus siguientes obras, Let Us Prey -2002-, We Live -2004- y Witchcult Today -2007- abandonaron en cierta medida la rigidez o los cánones establecidos hasta entonces para introducir experimentaciones con la electrónica, nuevos matices e incluso aumentar la velocidad de las canciones… Algo que parece un sacrilegio en esto del Doom y el Stoner, tal y como demuestran en este “The Living Dead At Manchester Morgue”:


Espero que este resumen de Doom-Stoner ejemplificado en Electric Wizard sirva para que alguien se interese en estas músicas, aunque sin abusar:)

miércoles, 21 de julio de 2010

Nick Drake: dibujo y canción:


"Things Behind The Sun", de su tercer y último álbum en vida Pink Moon, 1972:


"Please beware of them that stare
They'll only smile to see you while
Your time away
And once you've seen what they have been
To win the earth just won't seem worth
Your night or your day
Who'll hear what I say.
Look around you find the ground
Is not so far from where you are
Don´t too wise
For down below they never grow
They're always tired and charms are hired
From out of their eyes
Never surprise.

Take your time and you'll be fine
And say a prayer for people there
Who live on the floor
And if you see what's meant to be
Don't name the day or try to say
It happened before.

Don't be shy you learn to fly
And see the sun when day is done
If only you see
Just what you are beneath a star
That came to stay one rainy day
In autumn for free
Yes, be what you'll be.
Please beware of them that stare
They'll only smile to see you while
Your time away
And once you've seen what they have been
To win the earth just won't seem worth
Your night or your day
Who'll hear what I say.

Open up the broken cup
Let goodly sin and sunshine in
Yes that's today.
And open wide the hymns you hide
You find reknown while people frown
At things that you say
But say what you'll say
About the farmers and the fun
And the things behind the sun
And the people round your head
Who say everything's been said
And the movement in your brain
Sends you out into the rain".

jueves, 15 de julio de 2010

Motorpsycho:

Inventivos e inclasificables noruegos, los músicos que se esconden bajo el proyecto Motorpsycho llevan desde inicios de los 90 dando a luz discos de una enorme profundidad que se manifiesta en una variada mezcla de sonido y actitud Rock, Grunge, Indie y Experimental con toques de música más pesada tipo Stoner o similares, Progresivo y Psicodelia.

Pero con el álbum Let Them Eat Cake del año 2000, dejaron fuera su faceta más Hard Rock para dar paso a sonidos más ligeros, ricos, diversos y dispersos pero eso sí, siempre hundiendo sus raíces en la música de finales de los sesenta y principios de los setenta.
Ahora voy a destacar unas cuantas canciones del álbum:

La brillante "Big Surprise", una composición que parece provenir directamente de las mágicas sesiones del Pet Sounds por esos juegos vocales y esa música tan dulce.

"Whip That Ghost", que es por su patrón rítmico y guitarras en cascada, todo un verdadero y muy merecido homenaje a los Allman Brothers y su canción Whipping Post.


Para finalizar tenemos aquí a "My Best Friend", un tema que nos devuelve ecos de las voces del Tin Man de America.

Otras canciones propias que me llaman la atención de Let Them Eat Cake son la acústica y ensoñadora "Stained Glass", y mi favorita y la que abre el álbum, una pieza que gasta originalísimos y majestuosos arreglos orquestales titulada "The Other Fool":



En fin, un gran grupo a tener en cuenta para todos aquellos que gustan de la música de siempre, de toda la vida, pero en la actualidad.

Por lo visto en los últimos años creo que han vuelto por sus fueros más contundentes, como muestra esto, que pertenece al disco del 2006 Black Hole/Blank Canvas, y se llama "No Evil:"

sábado, 10 de julio de 2010

Me estoy haciendo mayor...


Eso es lo que siento cuando me encuentro disfrutando de la música de un artista que hasta hace bien poco nunca entró en mis planes ni en mi esfera musical -le consideraba de otro palo muy distinto al mío-. Afortunadamente las cosas cambian.

El protagonista de esta revelación es un tal Billy Joel, el creador de un discazo como la copa de un pino titulado An Innocent Man, editado por CBS en 1983 -un año clave para servidor- y que no es ni más ni menos que un gran catálogo de la historia musical de Estados Unidos.
Así, de repente puede parecer un poco prepotente la idea, pero es lo que sugiere cuando se escucha y así lo indican diferentes notas de prensa y de seguidores en su página web de Internet: "es un homenaje a la música de su niñez, un álbum de vocalista en el que rinde tributo a los sonidos surgidos en los años 50 y 60, a artistas Soul y Rythm And Blues como Sam Cooke, Ben E. King y The Drifters, a maestros del Rock And Roll como Jerry Lee Lewis y a discográficas que crearon y definieron un sonido único e inconfundible a la manera de Stax".

En todas y cada una de las canciones de este disco se aprecian detalles y guiños a todos esos sonidos mencionados un párrafo arriba, pero lo mejor de todo es que se nota que se hizo con cariño y sobre todo con talento, aunque ahora no viene a cuento destacar el valor de Billy Joel para la música americana -todavía no soy un gran conocedor de su obra, pero con este trabajo me tiene ganado-, simplemente quería revalorizar desde aquí un disco que, como casi siempre me he encontrado abandonado en las tiendas de viejo... ¡¡¡Pero para eso está Víctor Hugo y su ONG encargada de apadrinar discos deshechados por gente sin criterio!!!

Casi todo el mundo más o menos ha escuchado la grandísima "Uptown Girl", con esas armonías vocales clásicas, el falsete que utiliza Billy a lo estrella del rocanrrol y pop clásico y sobre todo con ese ritmazo que te engancha por la pechera y te da la vida -por lo menos a mí me provoca eso-.



Pero en Innocent Man destacan además otras piezas como "Tell Her About It" y "Easy Money", esta última es la que abre el disco con una lección de Soul y Rock a lo Blues Brothers o Memphis Horns con una sección de vientos en la que participa un habitual en esto de los saxofones, David Samborn.




"Careless Talk" es otros de los temas que de lo bien que está construido e interpretado sabe a clásico de los buenos, a categoría. Poco más puedo decir, simplemente aquí la escuchamos:




Un sonido que a mi siempre me ha gustado y que ya está en desuso debido a lo complicado que debe ser hacerlo bien es de los grupos Du-Duá o Doo Woop, y aquí Billy tiene unos cuantos ejemplos: el primero de ellos es la romanticona "This Night" que es ideal para bailarla "amarrao" a la chica de tus sueños –la capitana de las animadoras por ejemplo- en la fiesta de fin de curso puesto de ponche hasta arriba...







Y la segunda y la que más me ha gustado de Innocent Man es sin lugar a dudas la brillante "The Longest Time". Estoy flipado con lo buena, lo bonita que es, el sentimiento oldie que transmite, así como con lo interesante de su composición y grabación, pues para realizar el acompañamiento vocal que aparece en la canción, el propio Billy se grabó así mismo en 14 pistas de sonido que luego fueron mezcladas para lograr ese resultado tan fantástico.
Otra cosa que me llamó la atención de "The Longest Time" fue en cierta manera lo arriesgado de la decisión de publicarla como single teniendo en cuenta lo ortodoxa que es y el contexto o situación musical que se estaba dando en los 80 -lo estaban petando The Police o Michael Jackson por poner unos ejemplos-.



Está claro que Billy y compañía tenían claro que esta canción y el disco en general encontraría su sitio y así fue: no tuvo malas ventas, hizo de "Uptown Girl" un clásico, se impuso la ilusión, la creatividad reivindicativa y la música de siempre volvió a brillar como siempre...



... Y por ello se lo agradezco.

jueves, 8 de julio de 2010

Arte macroesquemático levantino:



Llevaba ya unos cuantos dibujos con mucho color -demasiado para mi cuerpo-, así que dejaremos los colores para otro momento.

Porque hoy regresamos de nuevo al riguroso blanco y negro: la representación de una figura orante -o vaya usted a saber- del arte macroesquemático levantino que está localizada en los abrigos de Pla de Petracos en Alicante y que es de mis imágenes favoritas de este mundillo de la arqueología y prehistoria.

domingo, 4 de julio de 2010

Título:


"Iluminado artesano de burgués aspecto, que haciendo nada y atentando contra la tradicional plástica con formas y colores se lo lleva muerto, hipnotizando a dementes y a la vez incautos adinerados que no saben hacer otra cosa que aparentar que saben al acaparar incalculables trastos recomendados por gurúes de lo in, junto a un dorado diván".

jueves, 1 de julio de 2010

DB: Primera etapa - The London Boys


Todo el mundo conoce al David Bowie abducido por Ziggy Stardust: ese extraterrestre practicante del Glam más exuberante, pero la verdad es que ese chico de Londres tuvo un origen bien distinto...

Todo empezó en un verano de 1964, formando parte de distinto grupos noveles de Rythm and Blues británico de mucho mérito y poco éxito, como The Ken Rods, The King Bees, The Manish Boys o Lower Third, bandas en las que nuestro protagonista todavía conocido como Davie/Davy/David Jones bien como solista o bien como saxofonista -instrumento que se le da realmente bien y que siguió presente en gran parte de sus discos más exitosos-, ya se nos aparecía interpretando canciones como "Liza Jane" o "I Pitty the Fool"...

Tras estar un par de años publicando singles y singles, de componer para otra gente -desde la estrella de la televisión belga Dee Dee a grupos desconocidos de Escocia como The Beatstalkers-, de no parar de hacer entrevistas y pruebas con discográficas, y de problemas legales al cuento de su nombre artístico,... Por fin en 1966 pudo empezar a publicar con el nombre que le daría a conocer en todo el mundo: David Bowie. En esta etapa como hemos dicho la Deram, discográfica subsidiaria de la todopoderosa Decca, le hizo por fin un contrato...

El momento de dar el Do de pecho había llegado.

Los tres años siguientes fueron un período de fértil creatividad: Bowie estaba en una bulliciosa fase de experimentación musical, como sería costumbre en décadas siguientes, y de su cabeza salían numerosos temas de gran calidad como "Rubber Band" -con esa producción tan británica en cuanto a los brillantes arreglos de viento-, la crepuscular y romántica "When I Live My Dream", la brevísima "Maid Of Bond Street" con su logrado compás a modo de vals, o la extravagante "The Laughing Gnome", popera y pegadiza canción en la que Bowie habla con un nomo que en realidad es él mismo grabado a doble velocidad, una rayada mental en toda regla...


Todas estas canciones son realmente interesantes y recibieron el visto bueno de gran parte de la crítica, pero en el fondo tanto esfuerzo no se veía recompensado, hasta que por fin vio la luz un nuevo tema: "Space Odditty".
A partir de entonces el éxito más absoluto: su primer LP, maquillajes, vestuarios, Glam, las arañas del espacio y los perros de diamante,...

Una prueba de la categoría que alcanzó Bowie en esta primera primerísima etapa tan brittish es "There Is A Happy Land": una muestra de la enorme creatividad e imaginación lírica que caracterizaría a este artista disco a disco, década a década. Pocos pueden decir eso:


Pero vamos a quedarnos con la que es para mí una de sus mejores obras de esa época primigenia. Estamos hablando de "The London Boys": una composición de tenue y melancólica belleza en la que Bowie a modo de gran observador, nos narra de forma gráfica la decadente escena Mod de Londres a través de la vida de un joven…

Ahí os dejamos con el primer Bowie y una de sus tantas y tantas obras maestras: "The London Boys":