martes, 28 de enero de 2014

Campanas tubulares innatas:

Antigua grabación en audio de un niño creando auténtica música con unas campanas tubulares:

jueves, 23 de enero de 2014

La Cabeza Del Rinoceronte:

Ser voluntario me ha permitido (y de hecho sigue permitiéndome) conocer personas tan maravillosas y tan luminosas, que las palabras que os pueda soltar sobre ellas se quedan débiles y opacas... No llegan más allá. Por ese motivo, lo mejor que se me ocurre es hablar brevemente del siguiente libro, titulado 'La Cabeza Del Rinoceronte' http://www.lacabezadelrinoceronte.com/ que está escrito e ilustrado por Raúl Aguirre, un artista grandegrande como la copa de un pino del que me siento realmente afortunado y privilegiado por conocer y haber compartido con él alguna que otra charla sobre el sentimiento que genera dibujar y pintar... Porque es algo que los que lo hacemos sabemos que va un poquito más allá de la mera materialización gráfica, que transciende.


'La Cabeza Del Rinoceronte' 


"Es un libro de arte pero no un mero catálogo (...) es (...) un rico libro de testimonio que nos permite ver con gran variedad de matices la figura de Raúl. La vemos cuando Raúl nos habla de su vida a través de sus dibujos y la completamos con las diferentes miradas que nos adentran en su dimensión artística y en sus múltiples enfoques vitales. Es un libro que nos habla del derecho a ser uno mismo, del derecho a ser diferente, del derecho a “la libertad de ser capaz de expresarlo”, como dice María Zambrano."

lunes, 20 de enero de 2014

CASABLANCA en Alcalá de Henares - 16 de enero - Sala EgoLive:


El concierto que tuvimos el placer de presenciar este pasado jueves puede ser de los mejores en los que va de año y de los del año que aún tenemos por delante. No conocía mucho de esta banda sueca y el sonido Hard-Rock que hacen (como sabe todo el mundo que se pasa por aquí) no es muy de mi estilo, pero las cosas claritas y el chocolate espeso: Tener delante a Ryan Roxie y su tropa es una auténtica experiencia. De esas experiencias que hay que tener por lo menos por lo menos una vez en la vida.




El líder de Casablanca, el que da la cara antes y después de los conciertos en las entrevistas y lo que ahora se llama 'meet and greet' es el ya mencionado Ryan Roxie (tremebundísimo guitarrista del que ya hablaremos más adelante) pero encima del escenario el que de veras destacaba por encima de todos fue sin lugar a dudas el espigado y sobradísimo Anders Ljung. Una criaturita del Señor, que pegado a una botella de tintorro durante todo el 'show', demostró dominar la situación a cada momento y llevarnos por donde él quería. Sin apenas histrionismos, con una economía de recursos y gesticulaciones que me recordaban muy mucho a los de un tal Ozzy por aquello de lo pausado y lánguido en sus movimientos fue, sin lugar a dudas, el dueño y señor del concierto.



En un discreto y eficiente segundo plano teníamos al ex-futbolista profesional y ahora bajista (pedazo de bajo eléctrico, señores) Mats Rubarth y al 'nosequéhacíaantes' y ahora guitarrista Erik Stenemo, ambos como hemos dicho conscientes de su papel pero bien conectados e implicados con el resto de compañeros de la banda y, lo que es más importante, con el público. Es de agradecer no ver sobre el escenario a marionetas.


                        

Entre solo y solo de guitarra, trago; entre canción y canción, trago; entre trago y trago, temazos.


El estadounidense Ryan Roxie, con esa pinta de haberse recorrido Sunset Boulevard unas cuantas veces, cerrar unos cuantos garitos y tras codearse en el pasado con titanes del Rock como Slash y Alice Cooper, se encargó de otorgarnos momentos espectaculares nos otorgaba el privilegio de posar para nosotros, poniendo su Les Paul en posición vertical con la insana intención de quemar sus cuerdas. Veterano y perfecto conocedor de su situación en Casablanca, su trabajo resultó intachable.


¡Y qué decir de Josephine Forsman! Pues que el sonido que obtiene de su batería es de los más poderosos, impecables e infatigables que he escuchado en mucho tiempo. Gratamente sorprendido por ver con qué fiereza atizaba los parches, con qué fiereza se retorcía sobre su instrumento y cómo se ventilaba las latas de Adlerbrau. Su rudeza y técnica de golpeo me dejó con la boca abierta... Un portento.



El ambiente generado en la sala fue sublime: el humo artificial (nuevo detallito en el Ego), los espectadores y los 'fans' (que acudieron en un número respetable y lo dieron todo), el buen hacer de los músicos y  su actitud,  el excelente trabajo previo  de los teloneros  Mr. Wilfred... Uno de esos momentos de placer.
                        

Y sí, venga, para los que siempre piden el 'set-list' ahí pueden ir torciendo el pescuezo para ver que el número de canciones fue a nuestro parecer un poco demasiado cortito y con sifón (ya sí que nos ponemos 'tiquismiquis'), cumpliendo unos 50 minutos de verdaderos trallazos actuales del género como "The Giant Dreamless Sleep" o "Riding A Black Swan" (tema que da nombre a su segundo y último álbum publicado a finales del 2013 por la discográfica Rocket Songs) y otros como "Love And Desperation" o un muy 'PhilLynottesco' "Downtown" (pertenecientes ambas a su disco debut 'Apocalyptic Youth').

Si es que al final me va a ir el rollete Hard y Sleaze Rock ochentero con su laca y todo...

martes, 14 de enero de 2014

Aathma en concierto:

¡Qué ganas tenía de ver a Aathma!

Llevaba un par de años (justo el tiempo en que un día, metiendo en hocico en Bandcamp en busca de joyitas, me encontré con ellos) que estaba intentando ir a Madrid a verles en alguno de sus conciertos, pero a los que somos muy de Alcalá de Henares como que ir a Madrid se nos hace eterno... Así que por unas y otras razones, no pude asistir jamás a una de sus oscuras y tensas veladas en 'los madriles'.


Pero mire usted por dónde resulta que va la gente de la EgoLive, y haciendo una vez más gala de buen sentido y eclecticismo sonoro, nos sorprendió este sábado 11 de enero a todos los amantes complutenses de los sonidos Stoner-Rock y Doom-Metal con una cita doble llevada a cabo por Dieaway (una gran banda que jugaba en casa y de la que hablaremos en otra entrada) y por los protagonistas de hoy: Aathma.

Si os soy sincero, no sé cuánto duró la actuación de Aathma ni cuál su 'set-list' de pe a pa, porque fue empezar el primer acorde o la primera nota (ya os digo que no me acuerdo) y volárseme por completo la cabeza. Me dejé llevar y viajé... Viajé a no se sabe dónde.


La fotografía más 'Paranoid' de la noche.

Por suerte, he podido ver unas cuantas bandas de Stoner y de Doom en mi vida, pues es un estilo que me gusta muy pero que muy mucho, pero es que poquitas pueden presumir de tener en sus manos el talento o la capacidad para conmover al oyente. Poquitas pueden realizar esos pasajes instrumentales tan densos, creativos y ensoñadores porque aunque la obra de Juan, Mario y Álex podría servir perfectamente como hipotética BSO para el 'biopic' de El Enterrador o Kane 'El Monstruo Rojo', lo cierto es que a mi me resulta disco a disco y canción a canción de lo más atractiva e interesante. Y es que escuchar la música de Aathma con los ojos cerrados es como gravitar alrededor de desconocidos planetas en la inmensa oscuridad del espacio, sentir como vibra y palpita la piel desde dentro, como estar ante algo profundo...


El recital fue un verdadero impacto. Semejante a un bloque monolítico, sin fisura alguna, que se empotró sin clemencia entre nuestras orejas... Y nosotros lo disfrutábamos. 

Como he dicho, entré en algo parecido a trance. Sí, me iba de vez en cuando a la barra a por unas 'cerves' y charlaba con mis amigos, pero lo que me recorría por dentro no tenía nombre... Llamadme raro, pero este estilo de música me resulta más cautivador y sugerente que el terciopelo negro. Me evoca, esa es la palabra. Evoca. Y encima, tenía a mi vera a la mujer más bonita del mundo. Los pies estaban como flotando y lo que había a nuestro alrededor no importaba. No se podía pedir más.


La percusión retumbaba con extrema severidad, como si el día del Juicio Final hubiera empezado ya. Llegó el momento en que resonó "Valley Of Doom", con un 'riff' inicial que posee, como toda la obra de Aathma, el don de potenciar y reforzar la imaginación del oyente. Personalmente, me es difícil no imaginar y asociar esos guitarrazos, la penetrante voz y los mazazos de la batería a insondables y opacos pasajes como este:

"Cuando abrí el sexto sello oí y hubo un gran terremoto,
el sol se volvió negro como pelo de cabra
y la luna se convirtió en sangre.
Los mares hirvieron
y las estrellas cayeron".

¡Qué gran película la de los Cazafantasmas a todo esto!


Estaba tan ensimismado que no sabría deciros si sonaron temazos de su primer álbum 'The Call Of Shivá' (que me lo pillé a la salida) como "A Thousand Nails", "Oaks" o "Voice" (con su solemne piano); o de su último disco 'Decline... Towers Of Silence' como "Under Black Waters" o "Red Storms" (que también tiene unas sombrías teclas de por medio). No sé, ni tampoco me importa mucho. Entré en una dinámica y un torbellino que hizo que lo gozara todo al máximo y que se me escurrieran los segundos entre las manos... Con eso me quedo. 

Espectacular. 

viernes, 10 de enero de 2014

Una de esas joyitas: JAN AND THE ELECTRIC POETS - LAST NIGHT AT THE CABARET:

No siempre tengo la capacidad de estar atento a la última novedad o a la moderna estrella emergente (que luego curiosamente suele sumergirse rápidamente y para siempre), por lo que la mayoría de las veces prefiero tirar hacia atrás del hilo crono-musical y sorprenderme a mi mismo descubriendo joyas musicales ya pretéritas que no están ni en el 'candelabro' ni en boca de tantas y tantas personas. Obras que pese a su indudable calidad tuvieron como destino pasar por el sendero del tiempo sin recibir muchos elogios o aplausos... Tal es el caso de Jan And The Electric Poets y su primer disco 'Last Night At The Cabaret' -Bip Bip Records, 2003-. 


Como persona que observa y se centra mucho en las portadas de los discos (he llegado a comprarme algunos así simplemente porque me parecían bonitos, encontrándome después dentro auténticas y vergonzantes aberraciones sonoras) ya desde el primer vistazo que le eché a la cubierta de ´Last Night At The Cabaret' (esos rótulos sugerentes, el maquillaje, la pose entre teatral y circense, el sombrero de 'showman' cabaretero...) supe que debía llevármelo a casa. Y gracias a Dios, fue todo un acierto. 

Ejerciendo y asumiendo todo el protagonismo tenemos a Joan 'Jan' Serra Viñals, cantante, guitarrista y compositor barcelonés que decidió darse el gustazo de homenajear auténticamente a sus ídolos de juventud, apretar el acelerador de su creatividad artística y dejarse llevar a toda velocidad por las sinuosas carreteras del Glam Rock de los años 70, con el David Bowie de 'Hunky Dory' y 'The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars' como referente total. ¡Un señor referente todo sea dicho! 

 A lo largo de las 10 canciones que componen este álbum, Jan y compañía demuestran tener un don a la hora de componer e interpretar 'hitazos' como los que aquella época, a un nivel tan impresionante, que me atrevo a decir que si hubiera nacido unas décadas atrás podría haber aparecido interpretándolas en el TOTP entre Marc Bolan y Steve Harley sin desentonar lo más mínimo. El contenido de este trabajo es muy heterogéneo. En su interior contiene elegantes, ingeniosas y delicadas canciones como "Like An Android", que es mi corte favorito del álbum y que con entre el solo de guitarra cortesía del propio Jan y las letras que terminan diciendo aquello de "I´m gonna change for you... and I´m gonna do it today" pues como que consigue que me siga emocionando cada vez que la escucho en mi habitación...

  

... Y auténticos pepinazos como el sencillo del disco, "Magic Circus", que resuena muy sorprendentemente a los Rolling Stones por aquello del ritmo tan elástico y envolvente... Tan potente. Y también por el rollete tan 'guayón' y cabaretero-crápula que se traen Jan y compañía a lo largo de la canción. Porque esa es otra, la actitud y el saber hacer de los músicos de Jan es digno de mención, así que ahí van los nombres de los poetas eléctricos: Albert 'Garson' Da Fonte a los luminosos pianos de cabaret, Jesús 'Ronson' Luna a las cuerdas eléctricas y Elies 'Woodmansey' y Alex 'Bolder' Reixach al músculo con la batería y bajo. Gracias a ellos por su aportación y por el sonido que lograron

   

La verdad es que la atenta y cuidada selección de temas que componen este trabajo hace que sea tan disfrutable, que su escucha se pasa volando y se hace demasiado corta, por lo que es necesario darle al 'play' otras tantas veces para ir descubriendo poquito a poco todo el potencial e ir desentrañando todas esas capas de belleza y perfección que recubren su interior... Y su interior no es vacuo.