lunes, 21 de septiembre de 2015

Una Alcalá de Henares que se desvanece:

Carteles, letreros, callejeros... Todos ellos son testigos del paso del tiempo. Muestran grietas, desconches y pintura descolorida pero también muestran un pasado en que las cosas se hacían con calma, dedicación y a mano. No había metracrilato sino madera, impresión láser sino pulso firme, no se hacían por encargo sino que se hacían. Sencillamente.

Quizás es nostalgia por el pasado o quizás otra cosa. Lo que tengo claro es que estos elementos, supervivientes de una modernidad ciega que lo fagocita todo sin pensar en la importancia del ayer, deberían pervivir con la ley en la mano y sin miedo a desaparecer en nuestras calles de la misma manera que lo hacen esculturas y monumentos. Ejemplos y enseñanzas que no cuesta nada respetar, mantener y que siempre suman a favor de nuestro bagaje cultural como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.


En el Club de Jubilados de Nueva Alcalá se conserva este cartel de advertencia que prohíbe pintar sus paredes. La multa, de 50.000 pesetas de las de antes... Casi nada.



En la confluencia de la Calle El Empecinado con la Puerta del Vado se encuentra este edificio, que se conserva en milagroso estado de abandono y ruina. Algo incomprensible, debido a que se trata de una finca que formaba parte del trazado original de las murallas antiguas de la ciudad. Tristemente estamos a la espera del ya típico desenlace constructivo que se da por estos lares: destrucción de todo vestigio del valioso pasado y creación de nueva planta de un edifico sin personalidad ninguna, eso sí, con fachada de ladrillo visto de estilo pseudo-castellano y rústico.

La primera fotografía muestra un letrero que indica la dirección a una cabina de teléfono público (cuando abundaban) y un callejero que por el aspecto que tiene (en piedra con relieve y policromía) suponemos que debe ser de los más antiguos de la ciudad.

La segunda fotografía es de una peluquería, que se conserva bastante bien, no como la que hay en el establecimiento bajo de al lado, que se ha perdido.


Esta tienda de deportes se encuentra en el mismísimo centro de la ciudad, en la Plaza de los Santos Niños. Lleva ahí desde que tengo uso de memoria. De crío lo normal era ir ahí a comprar la equipación para el fútbol sala: medias, calzones, camisas, botas, balones... De todo y para todos, con Joma como marca principal. Un clásico.


Los autoservicios y demás negocios y competencias dieron la puntilla a esta fábrica tradicional de hielo afincada en la Calle Nebrija. Aún recuerdo esas mañanas en que íbamos para allá en busca de bolsas de hielo con las que llenar nuestras neveras para marchar de acampada...



Próximamente más muestras de esta Alcalá de Henares que se desvanece.

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