domingo, 27 de septiembre de 2015

Café Negro en directo:

Clinic, master-class... Cualquiera de esos dos 'palabros' nos valen para definir a la perfección el concierto que tuvimos la suerte de presenciar este pasado viernes 25 de septiembre en el escenario de la EgoLive: Una exhibición y demostración de auténtico Black Sound a cargo de la gente de Café Negro.


Echando un vistazo rápido al listado de las canciones preparadas por Café Negro no quedaba ninguna duda de que lo que nos iba a deparar la próxima hora y media iba a ser de aúpa: la mezcla poderosa (Albert King, Ike And Tina Turner y Canned Heat) de "The Hunter", la magia del ritmo de "Cissy Strut", un standard del Rythm And Blues como es "Respect", el eterno espíritu de los Blues Brothers con "Peter Gunn Theme", "Superstition" o "I Got A Woman". Todos clásicos en algún que otro momento del llamado Sonido Negro. Podría intentar colar expresiones ya monótonas al hablar de este mundo como 'ritmo infeccioso' o cosas por el estilo... Pero paso de ello porque sinceramente lo que más me gustó de la noche, además de estar en compañía de mis buenos amigos, fue poder escuchar unos cuantos temas originales de Café Negro.


Que una banda dedicada a desempolvar clásicos noche tras noche se atreva a sacar a la luz cancioncitas propias, nuevas y frescas es, según mi opinión, como una especie de milagro. Un acto de valentía digno de todo elogio por nuestra parte debido a dos sencillas razones: 
a) Me da que este mundo musical negroide suele caer mucho en la autocomplacencia sonora, la revisitación de clásicos y repetición de esquemas, por lo que no debe ser tarea fácil lo de ponerse a revitalizar y colorear el sonido con ideas propias y encima que te hagan caso. 
b) Para más inri, resulta además que este mundo está plagado de canciones que son himnos mundiales y de artistas (léase Stevie Wonder o Ray Charles) que son dioses de la Música. Y entiendo que puede acongojar un poco al personal.


De la suma de a) y b) podríamos pensar que el concierto de ayer estuvo guapísimo, que fue pintón y que se bailoteó un montón pero que rascando y profundizando un poco más allá de la mera superficie no pudimos encontrar nada interesante pero la vida te da sorpresas, estamos hablando de Café Negro y éstos no es que tuvieran un par de ases escondidos en la manga... ¡Es que tenían tres!


"La Diva" y "El Tren De La Habana" son dos composiciones propias en las que Javier Oliver y compañía (si no me equivoqué al prestar atención son Pedro Sáez al saxo, Jorge Martín al trombón, José Valencia a la guitarra eléctrica, Juan Amores a la batería y el bajista del que no recuerdo el nombre y lo siento en el alma) dan un giro de tuerca a la música que vienen haciendo habitualmente: mixtura, originalidad... Son siempre elementos bienvenidos:




"Johnny B. Goode" es ese clásico instantáneo del Rock And Roll parido por Chuck Berry pero que yo siempre he vinculado a Johnny (DiosletengaensuGloria) Winter y que ahora, gracias a la espídica y entrañable interpretación vocal Jorge Martín, asociaré también a Cafe Negro. De lo mejor de la noche y no bromeo, pese a los intentos de pogo por parte de alguien del público que jamás entenderé.


En otro orden de cosas, tras una cuantas 'cerves' con los amigos lo normal es que después de un rato haya que ir a miccionar. Es fisiológico. Te sitúas, concentras en el tema y de repente te das cuenta que suena el "I Feel Good" de James Brown... ¿Casualidades de la vida?

Para redondear la fiesta, la última canción también era del Padrino del Funk. Una pieza que no falla nunca: "Papa´s Got A Brand New Bag". La banda baja a pie de pista, se cuelan unos 'geropa' y 'sexmachina' de por medio, cierro brevemente los ojos y emprendo un pequeño viaje al pasado al caer en la cuenta que esta canción la escuché por primera vez en un triple recopilatorio de Soul que me compraron mis papis en el Círculo de Lectores a mediados de los 90... When we were youngs... Te cagas.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Raphael Sinphónico en Alcalá de Henares:

Ser un ídolo de masas intergeneracional es lo que tiene. Mientras esperaba junto a mi tía y mi primo en la interminable cola de entrada -no he visto otra así en esta ciudad- un grupo de señoras llevaba puestas camisetas en las que ponía 'Yo Soy Aquella', abuelas que en su día aleccionaron a sus hijas lo hacían ahora unas cuantas décadas después con sus nietas, padres de familia de esos de apariencia imperturbable pero a los que se le transparentaba el nerviosismo por lo inminente del concierto...

Cartel de la cita. Hace una semana, allá donde miraras ahí había uno.

Con un marco incomparable -tenía que decir esta expresión o reventaba- como la del recinto amurallado del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, Raphael se presentó la noche del sábado 12 de septiembre como siempre: puntual y de punta en negro, con "Yo Soy Aquél" como soberbia intro ¿u obertura? y con el público rendido ya desde el principio. Bueno, en realidad debería matizar un poco estas palabras. La verdad es que, situado en la fila de asientos de atrás del todo -eran las más baratas y mi bolsillo sí se podía permitírselo-, me encontré rodeado de una subespecie muy típica entre la fauna ibérica: cenutrios cuyo peculiar sentido del humor linda tanto con la mofa, la chanza y el chascarrillo que pasa a adentrarse sin sonrojo alguno en el terreno del escarnio y de la falta de respeto. Digo todo esto en deshonor a la irritante vieja situada a mi derecha, sempiternamente pegada al móvil que a mitad de concierto me dio un culetazo al levantarse para contarme que se "iba a mear"; o de los idiotas entrados en años también que se ponían a imitar a Raphael sin caer en la cuenta que se podían haber quedado en casa sin tocar las narices a nadie; o... En fin, que ya desquitado de lo todo lo malo en este segundo párrafo -no haré hincapié en el nulo control de acceso al concierto por parte de la organización-, voy allá con lo verdaderamente importante: el concierto de RAPHAEL SINPHÓNICO JUNTO A LA ORQUESTA CIUDAD DE ALCALÁ.

La visión que tenía del concierto desde el más allá.

No hay duda que de, entre los infinitos proyectos que ha llevado a cabo Raphael a lo largo de sus más de 50 años en el mundo de la música, este es en el que más empeño ha tenido que dedicar el genio de Linares debido a los retos tanto técnicos como emocionales que ha supuesto su realización: cada concierto una ciudad, cada ciudad una orquesta sinfónica, unos 70 músicos, pruebas de sonido y ensayos frenéticos, más de 30 canciones por repertorio cada noche... En resumidas cuentas, una auténtica barbaridad que haría llorar a más de una estrellita moderna de las de ahora. Y a su representante. Si miento, que me parta un rayo.

Sobre los arreglos orquestales no voy a precisar mucho porque de movimientos, staccatos y allegromanontroppos no sé absolutamente nada. Así que para inventarme cosas mejor decir lo que me transmitieron las piezas musicales que se fueron desgranando a poquitos a lo largo de la noche ¿No? 



Mi primera grata sorpresa fue "Despertar Al Amor", canción arreglada de toque Jazz a lo "Mr. Bojangles" que por unos minutos convirtió el Huerto del Obispo en un escenario de Las Vegas y a Raphael en Sammy Davis Jr... ¿Imágináis la mezcla?

Lo épico y grandioso llegó de la mano de "Digan Lo Que Digan". Y tras él, las primeras palabras de agradecimiento del artista al público y la razón de ser de este espectáculo, de las ganas que tenía de estar de nuevo en Alcalá -recordamos su última estancia aquí- y de hacer este concierto "comme il faut", es decir, como debe ser.

Lo extenso del repertorio facilitó que pudiéramos disfrutar de algunas canciones en formato comprimido. Se sucedieron "Yo Sigo Siendo Aquél", "Te Estoy Queriendo Tanto" "Y Fuimos Dos" a un ritmo muy ligero y agradable. Ésta última con una interpretación vocal muy sólida teniendo en cuenta las 72 castañas del maestro. 

Mi entradita, guardada como oro en paño.

A eso de la mitad del espectáculo la orquesta se tomó un pequeño descanso para dar paso a un pequeño bloque de canciones en las que la voz cantante -nunca mejor dicho- la iba a llevar Raphael, aunque acompañado en dos de ellas a piano y en las otras dos a guitarra. Fue entonces cuando la teatralidad, la expresión y las maneras de artista total hicieron acto de presencia. En "Por Una Tontería" y "Volveré A Nacer", desnudo de orquestación pero arropado por el piano de Rubén Díaz, Raphael nos abrió un par de páginas de su vida. Esas referencias a su niñez, esa copa vertida al suelo... Y es que un artista que se muestra al público, en realidad se muestra a su mundo. 

Los aires a folclore latino llegaron de la mano de "Gracias A La Vida" -composición original de la cantautora chilena Violeta Parra- y "Sombras" -de la poetisa mejicana Rosario Sansores-. La guitarra de Juan Guevara, la profunda carga emotiva de las letras y lo visceral en la interpretación de Raphael se conjugaron de tal forma que en mi opinión fue este uno de los mejores momentos de la noche.

Tras la reafinación de la orquesta esperaba encontrarme en escena a Dave Mustaine y compañía pero no, ahí seguía incólume el bueno de Raphael. El guiño a los alcalaínos en "¿Qué Tal Te Va Sin Mi?" caló entre el público a ritmo de habanera o algo similar y enlazó con una gran versión del "Estuve Enamorado" para poner a la gente en pie.  

Entre medias sonó otra joya de la corona como "Detenedla Ya". La anoté rápidamente en la agenda pero mis oídos ya estaban al tanto del otro gran momento de la noche, que llegó con la dolorosamente bella "Amo Mío". Por muy grande que sea el corazón y nobles las intenciones, la distancia entre dos personas se puede hace insalvable... Eso nos lo hizo sentir con su voz y su talento interpretativo Raphael como nadie. La piel de gallina se me quedó durante largo tiempo.

Con algunos requiebros vocales por aquí y por allá, el tramo final fue apoteósico: "Maravilloso Corazón" fue la "New York, New York" del momento, "Escándalo" -no digo nada porque todo el mundo lo sabe ya-, "Ámame""Yo Soy Aquél" y "Como Yo Te Amo" pusieron punto final a la gala con el gentío dándolo todo, con Raphael crecido más que nunca pues su sueño se hizo realidad una vez más y conmigo boquiabierto.

~

Para finalizar solamente quiero decir dos cosas: La primera es que deseo de todo corazón por bien de nuestra cultura que Raphael siga dando clases magistrales muchos años más y la segunda, es dar las gracias a Paula y Marta -nuestras queridas sultanas y violinistas de la Orquesta Sinfónica Ciudad De Alcalá- por ayudarme con el set-list del espectáculo y por ser tan geniales ellas.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Una Alcalá de Henares que se desvanece:

Carteles, letreros, callejeros... Todos ellos son testigos del paso del tiempo. Muestran grietas, desconches y pintura descolorida pero también muestran un pasado en que las cosas se hacían con calma, dedicación y a mano. No había metracrilato sino madera, impresión láser sino pulso firme, no se hacían por encargo sino que se hacían. Sencillamente.

Quizás es nostalgia por el pasado o quizás otra cosa. Lo que tengo claro es que estos elementos, supervivientes de una modernidad ciega que lo fagocita todo sin pensar en la importancia del ayer, deberían pervivir con la ley en la mano y sin miedo a desaparecer en nuestras calles de la misma manera que lo hacen esculturas y monumentos. Ejemplos y enseñanzas que no cuesta nada respetar, mantener y que siempre suman a favor de nuestro bagaje cultural como Ciudad Patrimonio de la Humanidad.


En el Club de Jubilados de Nueva Alcalá se conserva este cartel de advertencia que prohíbe pintar sus paredes. La multa, de 50.000 pesetas de las de antes... Casi nada.



En la confluencia de la Calle El Empecinado con la Puerta del Vado se encuentra este edificio, que se conserva en milagroso estado de abandono y ruina. Algo incomprensible, debido a que se trata de una finca que formaba parte del trazado original de las murallas antiguas de la ciudad. Tristemente estamos a la espera del ya típico desenlace constructivo que se da por estos lares: destrucción de todo vestigio del valioso pasado y creación de nueva planta de un edifico sin personalidad ninguna, eso sí, con fachada de ladrillo visto de estilo pseudo-castellano y rústico.

La primera fotografía muestra un letrero que indica la dirección a una cabina de teléfono público (cuando abundaban) y un callejero que por el aspecto que tiene (en piedra con relieve y policromía) suponemos que debe ser de los más antiguos de la ciudad.

La segunda fotografía es de una peluquería, que se conserva bastante bien, no como la que hay en el establecimiento bajo de al lado, que se ha perdido.


Esta tienda de deportes se encuentra en el mismísimo centro de la ciudad, en la Plaza de los Santos Niños. Lleva ahí desde que tengo uso de memoria. De crío lo normal era ir ahí a comprar la equipación para el fútbol sala: medias, calzones, camisas, botas, balones... De todo y para todos, con Joma como marca principal. Un clásico.


Los autoservicios y demás negocios y competencias dieron la puntilla a esta fábrica tradicional de hielo afincada en la Calle Nebrija. Aún recuerdo esas mañanas en que íbamos para allá en busca de bolsas de hielo con las que llenar nuestras neveras para marchar de acampada...



Próximamente más muestras de esta Alcalá de Henares que se desvanece.

martes, 15 de septiembre de 2015

Próximo concierto: The Iluminados-Viernes 23 octubre-Costello:


Fin de semana, una de las salas de música más 'cuquiscuquis' de toda Madrid y The Iluminados en acción dando un recital de puro sonido 'Delta del Torote'... 

¿De verdad es necesario que os digamos más?


sábado, 12 de septiembre de 2015

Recetario Musical: Bocata de Gallinejas y Burning.

Hoy no me voy a extender más de lo debido. Y no es porque no quiera o pueda. Es porque no es necesario. Vamos allá con una pseudo-receta musical que tuvo lugar hace ya un par de semanas durante las ferias de Alcalá de Henares: el Bocata de Gallinejas.


Para "realizar" esta receta no necesitas lapicero o papel para apuntar. Tampoco debes preocuparte por abastecerte con una lista interminable de ingredientes. Ni tan siquiera hay lugar para la dichosa Thermomix. Lo único que debes hacer es quitarte la perecita de encima, adecentarte como está mandado y prepararte a conciencia para el bombardeo de estímulos sensoriales que vas a recibir porque… ¡Tendrás que dirigirte a las fiestas de tu pueblo!

Tras llegar al recinto ferial deberás zigzaguear unas cuantas patatas rellenas despachurradas de la noche anterior, sortear cientos de tenderetes de abalorios hippies, esquivar con acierto los tapones de corcho que rebotan de las escopetillas y pasar de largo una masa ingente de personas que van y vienen como endemoniadas. Parece fácil, pero no lo es en absoluto. Créanme.

Seguidamente, es muy importante (y cuando digo muy es que es muy) no perder tiempo a la hora de seleccionar la terraza en la que vas a tomar tu merecido bocata. Más que nada para no torturar al pobre de tu estómago, que lleva un año esperando este momento. Lo más sencillo, natural y normal es ir a la terraza de toda la vida: aquella a la que vuestro padre (porque un buen padre es de bocata de gallinejas y entresijos) os ha llevado a toda la familia año tras año sin falta alguna. La tradición es la tradición. Y a veces es hasta deliciosa. Pero también puedes innovar un poco y permitirte, por tu cuenta y riesgo, el probar en freidoras ajenas… Allá tú.

Pues bien, si crees que tras localizar tu sitio de esparcimiento gastronómico está todo hecho te equivocas. Porque ahora ha llegado el momento de dar el do de pecho, el demostrar que eres un hombre y no un mindundi o chisgarabís cualquiera... Ha llegado el momento de plantarse ante la caja a pecho descubierto como si de un joven novillero tomando la alternativa en Las Ventas o de Blas de Lezo en Cartagena de Indias se tratara, mirada en alto, sin amilanarse ante la monstruosidad que han puesto para atender al personal. Una bestia parda de unos ciento cincuenta kilos en canal que, mondadientes en boca, te atiende como perdonándote la vida, con una mirada entre sanguinolenta y turbia... No se lo tengas en cuenta. Forma parte del encanto. Sólo visualiza tu meta.


Bien. Has salido indemne. Tienes el resguardo. Te tiemblan un poco las piernas, pero da gracias que no te has hecho poposito encima. Está hecho. Se lo muestras al camarero, que es mucho más simpático que el cajero ¡dónde va a parar! pero antes de entregárselo debes formular el conjuro mágico: "Que sea fritito y con un toque más de sal, por favor". Siempre con un por favor detrás, que por muy conjuro mágico que sea, la educación que nos ha dado la familia debe hacerse notar ¿De acuerdo? Así no falla. Ante semejante conjunción de elementos, lo único que puede llegar a tu mesa es el más soberbio, absoluto y majestuoso y castizo bocadillo de gallinejas o entresijos… Y eso es así, de aquí a Lima.

Para mojar el gaznate y como maridaje perfecto lo más adecuado es una buena lata de cerve. No es necesario que os recuerde que la Mahou manda por estos lares pero si os ofrecen Estrella Galicia, Ámbar, Alhambra o la que sea propia a de vuestras tierras, nos parece perfectísimamente perfecto. 

Le das el primer bocado… Ese sabor... Vuelas a tu niñez.

Mientras disfrutas del momento te rodea un sonido mezcla de tiovivos, lamierdadelregguaetón, niños gritando extasiados montando en los toros locos, las campanillas de los punching balls, la sirena de una ambulancia que se lleva a uno que ha empinado demasiado el codo, la charla del de la tómbola con su secretaria,… Es decir, el encantador barullo de las ferias. Una mezcolanza de ruidos que en tu cabeza queda amortiguada, como en un segundo plano, pues en lo más profundo de tu mente sólo puede haber espacio para una cosita. Una canción. Ésta: 

lunes, 7 de septiembre de 2015

viernes, 4 de septiembre de 2015

Menú de cantautores del día:

De entrante una suave selección de Tim Buckley con "Once I Was":

De primero, una suerte de Joni Mitchell a la reducción de "Both Sides, Now"

De segundo, un contundente y rotundo Richie Havens a la "Handsome Johnny":

Como maridaje, un fresco y espumoso Don McLean "Everybody Loves Me, Baby" cosecha del 71:


Y para finalizar, el postre. Un delicioso bocado de Nick Drake con "Fly":


HOY NO SE FÍA. MAÑANA SÍ.